lunes, 15 de febrero de 2016

Los amantes: ¿Por qué algunas personas no pueden resistirse?

Los vaivenes del amor son infinitos. El ser humano por definición es deseo, el ser humano es deseante, se encuentran todo tipo de tentaciones amorosas, de juego, de excesos en general. Entonces no es raro que una pareja que se case enamorada o por conveniencia, a lo largo de su trayecto no se tropiece con múltiples tentaciones como ser enamorarse de otra mujer u hombre aún estando casados. El casamiento no inmuniza de las tentaciones a lo largo de la vida.
Casarse es un acto de compromiso entre dos personas pero cada una puede romperlo, en silencio por su cuenta. Si la pareja no tiene claro el pacto de respeto que implica la palabra empeñada, tal vez no enfrente su tentación y lo hable dentro del seno de la pareja. En muchos casos esto ni siquiera es posible. Allí comienzan los secretos de alcoba, las relaciones entre amantes, que a veces, incluso, son secreto a voces.
Siempre la pareja tiene que poner pautas para la buena convivencia, dependiendo lo que ambos están o no dispuestos a tolerar del otro. Hoy día las parejas aceptan mucho más que antes las salidas extramatrimoniales, porque entienden que el ser humano es plausible de tentaciones y luego de hablar pueden algunas aceptar dichas salidas si son momentáneas y volver a pactar nuevos acuerdos en la relación.
Es imposible sostener amantes eternos (parejas extramatrimoniales) sin que cada uno de los miembros de la pareja matrimonial lo sepa. Imposible. Harán que no saben, pero lo saben.
¿Qué sucede con aquellas parejas que saben que su marido o mujer mantienen una relación estable con un tercero/a? Ahí también hay pactos secretos o incluso hablados, inconscientes o no, por los cuales la pareja decide no blanquear la situación porque otros motivos más poderosos los mantiene unidos. Situación patrimonial que no quiere ser dividida, situación política, familiar, social, e incluso el qué dirán.
El amor y el amar siempre es doloroso y hay que tener esto muy presente, como también que el amor no es incondicional.
Las angustias que atraviesan los seres humanos frente a su desamparo original y vulnerabilidad junto con el deseo de no renunciar al amor (genuino o no) y a las tentaciones llevan a las personas a querer tenerlo todo: un matrimonio socialmente admirado pero además una amante lista para satisfacer lo relacionado con el placer erótico, distendido y sin presiones. Este amor distendido que procuran darse los amantes, es mucho más difícil de encontrar en la vida cotidiana, en la vida conyugal, llena de obligaciones, responsabilidades pues se encuentran en la resolución de problemas que la realidad presenta, en cambio los amantes están en otro plano, en otra realidad, en otro cosmos. El del placer, la libertad y el permiso de darse intensamente amor sin exigencias.

Licenciada Elvecia Trigo

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